Moscas Argentinas

martes, 20 de abril de 2010

Goddard Caddis

Fue creada por el inglés John Goddard, de la Cañada, California, donde cursó estudios de antropología y psicología y donde vive actualmente, un gran entomólogo, gran aventurero y enamorado de la exploración científica, escribió varios libros entre ellos "El Mosca de la Trucha Paterns" y La Trucha-Pesca, técnicas, este último muestra una variedad de recetas y sus modelos originales incluyendo" Goddard Caddis ".

Esta Creación fue basada en experiencias del estadounidense André Puyans, y Acantilado Henry, compañeros de pesca de Goddard, quienes investigaron la forma para que este modelo cursara las corrientes turbulentas de los ríos, donde las moscas tradicionales de aquella época no lo hacían, entonces la Goddard flotaba por mucho tiempo y a la vez se podía visualizar.

John Goddard ha sido un apasionado y habilidoso pescador con mosca de principios de 1950, y su experiencia lo ha Llevado pescar en un todo el mundo, desde Terranova y Noruega, Nueva Zelanda, México, Sudáfrica y Kenia, solo por nombrar algunos lugares.

Esta Caddis consta de un cuerpo recortado de pelo de ciervo similar al estilo la mosca irresistible, por lo cual es muy resistente y flotante según sus amigos, también se puede modificar, cambiando el color desde el pelo del pluma del cuello y el pelo de ciervo según La circunstancia.

Materiales:

Anzuelo: Mustad 94840 del 12 al 16, o su equivalente

Hilo: UNI 6/0 marrón claro

Cuerpo: Pelo de cuerpo de Ciervo o caribú de color claro

Hackle: Plumas de gallo marrón y bataraz

Antenas: Pluma de gallo bataraz

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Presentación

Mi nombre es Humberto Dante Torelli, nacido en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Desde muy pequeño mi abuelo (un gran Pescador), comenzó a enseñarme sobre este bendito arte de la pesca, es claro que hace muchos años se podía disfrutar de ella pero de un modo distinto al actual y digo esto porque no había tantos recursos como los que hoy tenemos en una gran diversidad de artículos y alternativas capaces de satisfacer las necesidades de los pescadores más exigentes, en cambio hace casi cuarenta y tantos años debíamos esmerarnos para fabricar nuestros propios artilugios de pesca. En esa época cuando llegaba en fin de semana y mi abuelo me llevaba a pescar preparaba una caña tacuara de tres tramos y otra de cuatro con engarces de bronce, con algunas líneas que armábamos para todo tipo de pesca, algunas boyas de corcho pintadas preferentemente de blanco y rojo, almacenadas en una caja de madera hecha a mano por mi abuelo y siempre utilizábamos una bolsa de arpillera (de hilo), para el traslado de lo que capturábamos. Recuerdo haber viajado en colectivo para ir a Costanera Norte, cerca del Club de Pescadores y allí comprábamos las lombrices, y otras veces viajaba en tren, para ir a Ingeniero Maschwich de la (Localidad del Partido de Escobar, Provincia de Buenos Aires) a unos bañados y lagunas que se formaban a pocas cuadras de la estación, claro que con el paso de los años se fue urbanizando y fueron desapareciendo poco a poco estos lugares tan apreciados por nosotros. Desde esa época comenzó todo lo relacionado con la pesca una pasión para mí, solamente de ver como mi abuelo fabricaba sus elementos, boyas, aparejos etc., para luego utilizarlos como medios para engañar al pez y yo trataba de hacer lo mismo, despertando en mi el afán de innovar y crear mis propios aparejos. Cuando tuve mi primer trabajo pude comprarme una caña más moderna del tipo tacuara de dos tramos y algunas líneas nuevas, pero siempre mantuve en mi caja de pesca la herencia más preciada de mi abuelo, dos reeles rotativos, un marca Peters y un Pescador, algunas líneas con boyas de madera enrolladas en unas tablillas hechas también en madera y algunas plomadas de ésa época de fabricación manual, esas fueron mis primeras armas propias de muchacho, para la pesca, que todavía algunas cosas las guardo con un cuidado y un cariño muy especial y también de vez en cuando utilizo con buenos resultados. Luego de conocer el Sur de mi País mediante el Servicio Militar y ver todas las bondades y bellezas que brindaba la naturaleza, comencé a interiorizarme sobre la pesca en esos lugares ya que era totalmente distinta a todo lo que había aprendido y desde ese momento, siempre me interesó aprender a pescar con mosca, que para mi, era algo nuevo. Me pareció inalcanzable hasta que conocí la (Asociación Argentina de Pesca con Mosca), me asocié y tuve la posibilidad de tomar clases didácticas y prácticas de esta nueva modalidad de pesca, de esta manera comencé a transitar por el camino del atado en mis primeros pasos. Luego tuve la necesidad de leer algunos libros de distintos autores como para enriquecer un poco más sobre esta ciencia y aprender gran variedad de Patrones, siempre conociendo un poco más ya que el desafío era cada vez mayor para tratar de obtener el mejor de los resultados y posteriormente conocer los materiales para poder emplearlos en su justa medida, todo eso fue muy enriqueciendo mis conocimientos además de aprender mucho al hablar con pescadores de mucha experiencia y también con grandes Profesores del atado, de quienes siempre tomé el ejemplo. Posteriormente, pude conocer con asombro y admiración unos trabajos de moscas imitando a los insectos reales y me propuse encontrar datos al respecto en revistas, libros y consejos que me daban algunos atadores, así de esa manera me fui interiorizando y di mis primeros pasos en el medio realista, como así también el estudio de los insectos. Muchos de mis trabajos fueron conocidos por miembros de la Asociación, e hice consultas con amigos atadores que tuve la suerte de conocer, como así también en algunas páginas de internet de pesca de mi País, donde he colaborado con algunos de mis trabajos. Posteriormente visité páginas de otros Países que se dedicaban al atado realista y también me permitieron conocer y aprender a grandes profesionales en el atado del hiper-realismo. En la actualidad continúo investigando y trabajando con Moscas clásicas y realistas, porque desde mis comienzos, fue para mi excepcional poder inmortalizar mis primeros insectos, donde poco a poco me fui integrando, pudiendo descubrir un mundo realmente maravilloso, en el que solo existe belleza natural, creación y un placer infinito.

Humberto Dante Torelli